Información sobre la Cuenca hidrográfica del Río Salí-Dulce (provincias de Salta, Catamarca, Tucumán, Santiago del Estero, Córdoba - República Argentina), con especial énfasis en la Cuenca del Río Salí y el Embalse de Río Hondo (cuenca Superior del río Salí-Dulce).
Sitio no oficial: el sitio web del comité de cuenca es http://www.cuencasalidulce.gov.ar
Proyecto colectivo. Administrado por P.Aoki

Knowledge base on the Upper Sali-Dulce river basin (Argentina)
Informationen über die Sali-Dulce Einzugsgebiet (Argentinien)

jueves, 10 de agosto de 2017

Observatorio del área metropolitana de Tucumán

El Observatorio de Fenómenos Urbano-Territoriales, se crea como ámbito de estudio, investigación y transferencia como componente de la Cátedra de Urbanismo I- Instituto de Planeamiento y Desarrollo Urbano (IPDU), Facultad de Arquitectura y Urbanismo- UNT (Exp. N° 45436/04 – Res. HCD/FAU 025/05).

El OFUT tiene como finalidad implementar un sistema permanente y dinámico de información metropolitana – urbano – territorial, para la observación de los procesos de conformación urbana, socio-espacial y socio-ambiental, a partir de la utilización de Sistemas de Información Geográfica – SIG -. Surge ante la necesidad de generar un conocimiento cada vez más específico y profundizado sobre la problemática urbano-territorial, que pueda transferirse a la capacitación de docentes, egresados y alumnado de la Facultad y además contribuir al marco de referencia que requieren las políticas públicas y las entidades intermedias de la comunidad. Reconoce que la complejidad de la actuación en el territorio, requiere la confluencia de distintas disciplinas, así como los aportes teórico-metodológicos de las ciencias sociales.

El proyecto “Lineamientos Estratégicos para la Gestión Territorial del Área Metropolitana de Tucumán” se desarrolla en el marco del Programa de Desarrollo de Áreas Metropolitanas del Interior (LEM-DAMI), Préstamo BID nº 2499/OC –AR–, a través del Servicio de Consultoría que brinda la Universidad Nacional de Tucumán, desde la Unidad Ejecutora del Observatorio de Fenómenos Urbanos y Territoriales de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo (OFUT-FAU), siendo las contrapartes provinciales, la Secretaria de Estado Unidad Ejecutora Provincial (SUEP) del Ministerio de Economía y la Secretaría de Estado de Gestión Pública y Planeamiento - Gobierno de Tucumán.


http://www.observatoriofau.org/lemdami/

http://www.observatoriofau.org/?p=595

Descargar "Lineamientos Estratégicos para la Gestión Metropolitana de Tucumán LEMs DAMI – Agosto 2016"






martes, 13 de junio de 2017

Informe sobre la problemática de las inundaciones en el Sur de Tucumán

La "Comisión de Emergencia para el tratamiento de la problemática de inundaciones en el Sur de la provincia de Tucumán, Este de Catamarca y Río Hondo" ha presentado un documento de síntesis donde se exponen los puntos más relevantes de lo que se advierte son las causas fundamentales de las inundaciones en la Sub-cuenca del Río Marapa y cómo fueron potenciadas en el 2017, tomando como caso de estudio la localidad de La Madrid, departamento de Graneros, en el sur de la Provincia de Tucumán.
Este documento síntesis fue elaborado en base al análisis en conjunto de observaciones de campaña, estudios de antecedentes, evaluación de imágenes satelitales, fotos actualizadas, estudios geológicos y topográficos y representa una síntesis de resultados de una serie de 5 (cinco) reuniones técnicas en las que participaron personal de reparticiones provinciales, nacionales, universidades, militares e independientes.


http://sematucuman.gob.ar/web/index.php/menu-sema/646-cist-informe-tecnico

CIST Informe Completo (pdf)


lunes, 6 de marzo de 2017

Sociedad y Cambio Climático

Por Rodolfo Schweizer, publicado en EL ANCASTI, 06/03/2017

Confirmando la realidad de que el calentamiento global afecta a todo el planeta, los medios de prensa europeos acaban de informar que acaba de llegar, antes de tiempo, la primavera al hemisferio norte: 26 días antes en Groenlandia, que está en el círculo del Ártico y 22 días antes en el oeste y centro de EE.UU. (The Guardian, 1/3/17).
Esta alteración de la naturaleza no debe tomarse ligeramente. Una primavera adelantada afecta la salud humana ayudando en la aparición temprana de insectos como mosquitos y alargando la temporada del polen. También las plantas se pueden ver afectadas por alguna helada tardía o una extensión del verano con el consiguiente peligro de que las afecte una sequía. Además, una planta florecida antes de tiempo altera la relación natural entre la planta florecida y los pájaros, abejas y mariposas migrantes. Esta alteración del ritmo no solamente afecta su alimentación, sino que impide la polinización, algo fundamental para que la planta complete su ciclo. En suma, no hay nada de que alegrarse por estas alteraciones del ciclo vital de la naturaleza.
Esta información se complementa con otras que dicen que 2016 fue el año más caliente desde que se tiene record. Con ello, el siglo XXI ya registra en su haber el tener los 16 días más caliente de la historia hasta aquí registrada.
El mejor ejemplo de este problema lo dio hace pocos días la necesidad de evacuar, contra reloj, a unas 200.000 personas en California ante el temor de que el segundo dique más grande de EE.UU., el Dique Oroville, colapsara por una falla en su canal de alivio. Para los expertos, el responsable del casi-colapso de ese dique colosal de unos 230 metros de altura, el más alto de EE.UU., fue el diluvio (entre 150 y 200% más lluvias que el promedio histórico) que siguió a la sequía de 5 años, la mayor en 1.200 años de historia.
Sin embargo, este cambio que está afectando a todo el planeta, también está alcanzando a nuestro país. En enero se dice que cayeron unos 300 mm en Arroyo Seco, Santa Fe y unos 160 mm en el pueblo de Ramona en la misma provincia. Un millón y media de hectáreas quedaron bajo el agua.
En la provincia de Bs. As., La Pampa (pueblo La Adela) y Río Negro un incendio indomable quemó un millón de hectáreas. En Humahuaca dos pueblos fueron tapados por sendos aludes de barro, uno de ellos, Volcán, inundado de lodo en enero pasado.
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Nuestra región tampoco es una excepción. El calor agobiante y las tormentas intensas que caen de golpe, dan suficientes pruebas de que ese fenómeno es una realidad inobjetable.

Reflexión y pregunta 
La nueva situación climática nos obliga a plantearnos qué pasaría en nuestra región, zona, pueblo o ciudad si en nuestros cerros cayeran 200 mm de lluvia en unos pocos días. Esto es lo que pasó en California en uno de esos días. La pregunta no es descabellada porque esto es lo que está pasando en otros lugares. Sin pretender ser alarmistas, de dos cosas estamos seguros: la primera, que creemos que no es disparatado pensar que esta situación es posible y probable. La segunda, que no estamos preparados ni mental, ni materialmente para enfrentarla.
Tampoco nos consta que la población sepa o tenga conciencia sobre este tema, y ya sabemos de sobra de las limitaciones del estado para afrontar estos desafíos que necesitan planeamiento previo.  
Lo dicho nos induce a plantear ciertos temas con el objeto de invitar a su consideración, tanto entre la población que necesita saber ante lo que está expuesta con el cambio climático, como entre las autoridades que tienen la obligación de prepararse para enfrentarlo. No dudamos que los profesionales especializados en temas hidráulicos, estructurales y climáticos están en mejores condiciones que el que aquí escribe para aportar opiniones en este tema. Esto no invalida, sin embargo, el derecho a plantear dudas cuando se sabe, por experiencia, que las hipótesis iniciales de cálculo que se tuvieron en cuenta hace 50 años, hoy no son válidas.
Para empezar digamos que, hasta donde sabemos, los datos históricos para Catamarca informan de unos 450 mm de lluvia por año, con meses de máxima, como enero, con unos 80 mm de promedio. Dada la nueva situación, creemos que sería razonable hacer una evaluación técnica de nuestras obras hidráulicas para una nueva hipótesis que las autoridades en el área hídrica deben definir. Dada la reciente experiencia en Santa Fe, suponer una tormenta de 200 mm en un corto tiempo no es irrazonable.  Este estudio no solamente debería involucrar a los diques, sino también a los cauces de desagüe, de drenaje de tormentas urbanas y rurales, más las obras de irrigación. Veamos algunos puntos.
1. La vejez de los diques. No podemos menos que coincidir con los conceptos de los técnicos californianos cuando expresaron su preocupación ante las condiciones que deben enfrentar obras hidráulicas diseñadas y construidas en base a datos climáticos de hace medio siglo atrás.
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2. El estudio de los efectos del cambio climático no se debe limitar a la evaluación de nuestros diques ante las nuevas condiciones climáticas, sino que debe extenderse al estado del cauce de descarga de los mismos. Una simple mirada al cauce del Río del Valle aguas abajo de Pirquitas y en su paso por la ciudad revela su estado de total abandono. Es fácil darse cuenta de que sus bordes indefinidos, pasibles de derrumbes, más los matorrales y árboles a lo largo y ancho del cauce y que una creciente podría arrancar, puede terminar creando un endicamiento y un desborde ante una tormenta excepcional.
Sin embargo, esto no significa que se deba arrasar salvajemente con la vegetación que crece en el embancamiento del cauce. Esa vegetación no solamente ayuda a estabilizar el terreno al disminuir la velocidad de escurrimiento del agua, sino que  hace de filtro absorbente de los contaminantes naturales y de los que produce la actividad humana. Además sirve de sostén a la vida silvestre. Lo que se necesita es establecer un manejo y control para evitar que ese espacio sea visto como tierra de nadie. Esta nefasta visión ha llevado a que en su cauce natural se construyan viviendas precarias y se lo use como vertedero de basura o como fuente de áridos para la construcción.
Lo que aquí proponemos es la parquización de los márgenes de cauces urbanos como el del Río del Valle, lo que puede complementarse con la creación de espacios recreativos para la población y para actividades deportivas. Catamarca podría tener incluso un hermoso enlace vial y pedestre entre Tres Puentes y la Avenida Acosta Villafañe en caso de construirse esta posibilidad que la naturaleza le brinda.
Demás está decir que esta preocupación que aquí señalamos como una probabilidad que merece atenderse con tiempo, también alcanza a los pueblos del interior, sus drenajes y los cauces que corren en sus cercanías. Bueno es recordar lo que pasó en Bañado de Ovanta hace pocos años, cuando los árboles arrastrados por el cauce del río  terminaron atascados en el puente de la Ruta 64 creando con ello un dique que derivó las aguas hacia el mismo pueblo.

3. La experiencia del dique Oroville no por lejana no deja de enseñar otra lección. Nos referimos aquí a la necesidad de tener bien diseñado el manejo de la parte humana en caso de desastres naturales. O sea, ¿qué hacer con la población aguas abajo de un dique en caso de una emergencia? ¿Cómo avisarle? ¿A dónde evacuarla? ¿Qué cuidados brindarle? ...

4. Los efectos del calentamiento global y de una tormenta histórica deben también abarcar el manejo de la evacuación del agua en el casco urbano. Nos preguntamos aquí que pasaría si a una ciudad como Catamarca, ubicada en el faldeo de los cerros que la rodean, le caen de golpe 200 milímetros de agua o más, tal como ocurrió en la provincia de Santa Fe hace poco. O si al Tala y su cuenca le cae ese mismo milimetraje de agua en lluvia, en 48 horas.  Dejamos para la imaginación lo que puede pasar en los barrios nuevos al costado del Ongolí.
Obviamente, las bocas de tormenta existentes no darían abasto y las calles en bajada se transformarían en ríos. Habiendo vivido arriba en la Sanchez Oviedo en los 80, cuando todavía no era pavimentada, creo saber algo por propia experiencia.  ¿Quien no recuerda el barrial y el pedrerío de todo tamaño depositados en la esquina de Rivadavia y Güemes?
A simple vista se puede intuir que arroyos urbanos canalizados como el Fariñango difícilmente podrían controlar un caudal en velocidad producido por una lluvia de la magnitud que hablamos. No resultaría extraño que alguna de sus placas laterales o su fondo de hormigón se rompieran, se desprendiera en algún sector o se desencajara y se los llevara el agua. Obviamente, una situación como la descripta causaría un desastre en sus márgenes.

5. Con respecto al manejo del agua de drenaje causada por una lluvia bueno es recordar que esa agua que circula por las calles arrastra aceite de automóviles y otros contaminantes que es necesario controlar lo mejor que se pueda. La forma de mitigar en boga en los países "desarrollados” es usando suelos porosos en espacios verdes, tales como plazas, parques, parterres, veredas con canteros para césped, etc., que favorezcan que el agua sea absorbida por el terreno, en vez de correr por el asfalto e irse hacia las bocas de tormenta.
Esta solución es por demás importante para Catamarca, que está en zona árida y necesita preservar las vías naturales de alimentación de su acuifero. Más aún ante las políticas un tanto inconscientes que favorecen un crecimiento demográfico descontrolado en el valle. Ciudades como Los Angeles en EE.UU. y otras ya tienen calles asentadas sobre piedras compactadas que canalizan el agua hacia el subsuelo en vez de dejar que corran hacia un río o el mar. El tema es aprovecharla guardándola en el acuífero, no desperdiciarla.

6. Lo personal. El calentamiento global, si bien en parte es producto de las oscilaciones climatológicas del planeta, también tiene un componente humano: el anhídrido carbónico que directa o indirectamente generamos con nuestro estilo de vida.
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Por lo tanto, de usted y su estilo de vida depende que el proceso del calentamiento global no empeore. A mayor consumo, mayor calentamiento.

Conclusión
Sin la pretensión de ser alarmista, hemos expuesto lo que pasó con una obra maestra de la ingeniería hidráulica en California, el dique Oroville, con la intención de ilustrar los peligros del calentamiento global. Lo que pasó allí demuestra las limitaciones, razonables por supuesto, que acompañan a todo proyecto de ingeniería. Una obra como un dique no se calcula para que aguante lo que venga y dure una eternidad, sino para ciertas condiciones climatológicas locales, apoyado con datos precisos recogidos a lo largo de varios años.
Nuestros diques no fueron ni son la excepción.
Esto aplica para todo tipo de obra que implique un servicio público.

La experiencia que nuestro país está viviendo a lo largo de estos años, con inundaciones y sequías alternadas en nuestra región, son mensajes de la naturaleza por demás claros que no podemos pasar por alto. Por lo tanto es  responsabilidad de la sociedad y los gobiernos tomar conciencia y definir cómo se afrontarán estos desafíos que el cambio climático nos presenta.

http://www.elancasti.com.ar/info-gral/2017/3/6/sociedad-cambio-climatico-327943.html